
El pulso entre los partidarios y detractores del presidente egipcio, Mohamed Morsi, culminó ayer en una batalla campal en los alrededores del palacio presidencial en El Cairo que deja al país ante un escenario sombrío e incierto.
Al menos 350 personas resultaron heridas en las refriegas, según informó el Ministerio de Sanidad, aunque fuentes policiales indicaron que también se registraron cinco muertos por los incidentes.
Los manifestantes de ambos bandos se enfrentaron cuerpo a cuerpo y se lanzaron cocteles molotov, piedras y botellas vacías en las calles aledañas a la sede de la Presidencia, en el acomodado barrio de Heliópolis, en la capital egipcia.
Esta zona se convirtió en un reguero de ambulancias, jóvenes corriendo, pequeños incendios causados por los cocteles molotov y destrozos en tiendas y vehículos.
Tras la multitudinaria manifestación de la víspera contra el jefe de Estado en esta zona, los islamistas decidieron responder con protestas de apoyo a las últimas decisiones de Morsi.
A las puertas del palacio presidencial, los detractores del presidente mantenían una acampada que fue desalojada por la fuerza por sus rivales, que acudieron en masa para mostrar que Morsi cuenta con un amplio respaldo.
Decenas de miles de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes se concentraron a la entrada del palacio presidencial entre lemas y pancartas en favor de la nueva Constitución, que será sometida a referéndum el día 15, y del acta constitucional emitida por Morsi hace dos semanas.

Los islamistas, muy superiores en número, comenzaron a pintar de amarillo los muros exteriores del palacio para borrar los grafitis anti-Morsi dibujados por los detractores, a los que acusaron de ser malos musulmanes.
Al caer la noche empezaron a llegar cientos de detractores de Morsi, que en la calle del palacio quedaron separados de los islamistas por un fuerte cordón policial.
“La revolución continúa” o “que caiga el gobierno del guía espiritual” de los Hermanos Musulmanes fueron algunos de los lemas coreados, así como el clásico “vete, vete” que durante la revolución egipcia se gritó contra Hosni Mubarak y ahora se entona contra Morsi.
El premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei; el exsecretario general de la Liga Árabe, Amro Musa; y el excandidato presidencial izquierdista Hamdin Sabahi señalaron que el “régimen, autoritario y represivo pierde legitimidad día a día”.
Tres consejeros de Morsi anunciaron ayer su dimisión por sus discrepancias con las últimas decisiones del mandatario y por la violencia desatada junto al palacio presidencial.
Agencia EFE
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